lunes, 23 de marzo de 2009

CRIMEN EN LAS FIESTAS DE SANTA POLA (7-9-08)


LA GUARDIA CIVIL INVESTIGA EL ASESINATO DE UN INMIGRANTE EN SANTA POLA

JUNTO AL CADÁVER APARECIÓ UN CORÁN CON LAS PÁGINAS ARRANCADAS

A la una y media de la madrugada del Sábado la llamada de un vecino de Santa Pola alertaba a las fuerzas de seguridad de que en medio de la calle Soledad, a la altura del número 71, yacía el cuerpo sin vida de un inmigrante africano envuelto en un gran charco de sangre. La víctima era un varón de unos 30 años de edad, que escasos minutos antes había estado bailando en la barraca de la calle Felipe Segundo, muy próxima al lugar de los hechos.
Según el testimonio de algunos vecinos, el fallecido acababa de anunciar a las personas que se encontraban en la barraca celebrando junto a él las fiestas patronales de la villa, “que se marchaba a casa porque estaba en ramadán y no podía beber ni fumar”. Los agentes de la Guardia Civil desplazados al escenario del crimen encontraron junto al cadáver un Corán con las páginas arrancadas, junto a otros signos de violencia.
Efectivos de la Guardia Civil y la Policía Local acordonaron en pocos minutos ambos extremos de la calle, impidiendo a los vecinos que regresaban de los distintos actos festivos acceder a sus domicilios hasta cerca de las cinco de la mañana. Hasta las doce del mediodía de ayer, todavía permanecían en la escena del crimen varias unidades de la Policía Judicial, recabando las pruebas que puedan conducir al esclarecimiento del caso.
“Era un chico educado que no había dado ningún problema”, declaraban algunos de los vecinos espantados por el suceso, que todavía permanecían ayer tratando de limpiar los restos de sangre que se distribuían por un amplio trecho de la calle. Según los primeros datos recabados por este diario, el fallecimiento pudo producirse por una herida causada por arma blanca, y en él habrían intervenido varias personas.
La víctima fue encontrada junto a la puerta de una vivienda de planta baja que compartía con su hermano y dos gallos de pela, desde hacía tan sólo algunos meses. Las puertas del domicilio permanecían abiertas en el momento de llegar las fuerzas de seguridad junto a una unidad de Soporte Vital Básico, cuyo equipo sanitario nada pudo hacer por salvar la vida del inmigrante. A lo largo de la mañana, los agentes tomaron declaración al propietario de la vivienda, de nacionalidad española, y a algunos de los posibles testigos; pero por el momento no consta que se haya producido ninguna detención en relación a este suceso.

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