lunes, 23 de marzo de 2009

“A MI HERMANO LE MATARON DE UNA MANERA SALVAJE”




Salah Mounmen el hermano del joven Marroquí asesinado durante las pasadas fiestas de Santa Pola ha accedido a hablar con La Verdad, a pesar de los momentos de inmenso desconsuelo que atraviesan él y su familia. “Nuestro padre fue profesor de religión, y mi hermano seguía sus pasos”. Salah relata cómo pasó con su hermano las últimas horas que precedieron al crimen. “Estábamos tranquilamente en la barraca que ponen al lado de su casa. A las doce menos cuarto, yo quise seguir la fiesta y me bajé al pueblo a ver la barraca de las sevillanas; pero él prefirió recogerse ya, porque era más de quedarse en casa. Esa fue la última vez que le vi con vida. Cuando le mataron estaba leyendo el Corán. No entiendo porque lo hicieron; el no se peleaba con nadie, y ni si quiera hablaba bien español para poder discutir”.
Aunque asegura que su hermano jamás se metía con nadie, Salah admite que la víctima tenía un carácter orgulloso. “Tras trabajar tres meses en Benidorm vino a vivir a una casa de nuestra tía en Santa Pola, pero surgieron problemas con el marido de ella, que le hacía sentir como una carga, así que decidió marcharse a vivir a la casa de la calle Soledad”, relata el desconsolado hermano.
Pero nadie de la familia podía sospechar que a Mustapha lo aguardaba una muerte brutal en su nuevo domicilio. Su propio hermano Salah pudo comprobar el ensañamiento con que se aplicaron los verdugos cuando tuvo que ver las fotografías de la escena del crimen, que le mostraron los agentes de la Guardia Civil para identificar el cadáver de su hermano pequeño. “A mi hermano le mataron de una manera salvaje. Le golpearon con un hierro en la cabeza. Tenía una agujero del tamaño de la mano en la espalda; y una herida retorcida como si le hubieran escarbado para hacerle más agujero; también tenía un ojo hinchado y cerrado de los golpes que le darían”.
A diferencia de su hermano pequeño, Salah Mounmen se hace entender muy bien en castellano, ya que hace más de cinco años que reside en nuestro país; pero cuenta la terrible historia entrecortando sus palabras por un llanto que trata de reprimir en vano… A esta altura del relato, el hombre corpulento de veintiséis años de edad se deshace en el mar de lágrimas de un niño desconsolado.
Su familia no puede cargar con más dolor. El marroquí cuenta que en su país acababan de enterrar a su padre y a otro hermano de 17 años “ Mi madre cuando se ha enterado de que han asesinado a Mustapha no ha podido resistir más. Está enloquecida y no podemos hablar con ella. Se tapa los oídos con las dos manos para no escuchar a nadie”, relata estremecido.

SALAH CONFÍA EN LA JUSTICIA PERO TEME NO PODER ASISTIR AL JUCIO DE SU HERMANO

Mustapha Monmen tenía 22 años de edad la noche en la que fue asesinado. Hacía tan sólo seis meses que había llegado a España con la ayuda de su hermano, que le había precedido en el viaje. Ahora su cuerpo sin vida descansa en el tanatorio de La Siempreviva de Alicante, a la espera de que los allegados de la familia y los feligreses de la Mezquita de Crevillente consigan recaudar los 3.400 euros que costará la repatriación al pueblo de Oudz en la provincia marroquí de Khoribga.
Salah asegura no tener miedo, aunque sabe que el asesino o los asesinos de su hermano seguramente sean personas con residencia en Santa Pola. “Yo soy valiente como lo fu él, que se defendió y como no podían con él lo asesinaron" , afirma. Pero a Monmen lo que le preocupa ahora es que si se desplaza a Marruecos para enterrar a su hermano, no podrá estar en España cuando se celebre el juicio contra su asesino. Su permiso de residencia está a punto de expirar, y si saliera del país teme que no podría volver a entrar. Por eso afirma que quiere buscar algún abogado que le permita obtener un visado para permanecer en España, hasta que los culpables sean detenidos.


ESTADO DE LA INVESTIGACIÓN

Los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Santa Pola, trabajan las 24 horas del día para esclarecer este crimen, aunque mantienen todas las pesquisas en absoluto secreto para no perjudicar la investigación. Así las cosas, durante estos días la mayor fuente de información se encuentra entre los pocos vecinos de las inmediaciones a la calle Virgen de la Soledad que se atreven a realizar algún comentario. En el barrio se comenta que durante el pasado domingo la Policía Judicial recogió de un parque próximo a la escena del crimen una barra de hierro de las que se emplean para montar los puestos del mercadillo, al parecer con manchas de sangre, que podría contribuir al esclarecimiento del caso en un plazo breve.
Pero a la dificultad para investigar este crimen se suma el hecho de que en la noche de autos la mayoría de los vecinos se encontraban celebrando los distintos actos festivos de las fiestas patronales de Santa Pola, por lo que parece descartable que pueda encontrarse ningún testigo que haya podido ver lo que sucedió aquella madrugada del seis de septiembre.
El entorno de la calle Virgen de la Soledad es un barrio humilde de trabajadores en el que conviven inmigrantes de variada procedencia con personas de etnia gitana y familias vinculadas al mundo de la pesca o la construcción. Estos días, según algunos vecinos, el barrio se muestra más vacío de lo habitual y son muchos los que aseguran “que nada volverá a ser igual hasta que no se detenga a los culpables”. Entre los comentarios de los vecinos se escucha también que los implicados podrían ser varias personas y que las investigaciones de la Policía Judicial “se están centrando entre los residentes del barrio por lo que podrían ser gente que viva aquí, si no es que se han escapado ya para que no les encuentren”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario