Si parece cutre esta foto, más lo son los argumentos de Balderston |
“Si conseguimos unir
voluntades para crear un concepto de cocina para estos países que sea seguro, no importa que haya diferentes
modelos y marcas, podremos frenar
otros problemas que acompañan al hecho de cocinar con fuego. En Congo, por
ejemplo, cada minuto violan a una mujer, y muchas veces ocurre cuando ellas
tienen que ir a por leña…” Kris M. Balderston. Vendedor de
cocinas-caradura a escala planetaria y Representante Especial para Acuerdos
Globales de la Oficina de Hillary Clinton.
Cuando eres consciente de que lo que
escribes es invisible puedes sentirte libre y desinhibido, como una pulga
desnuda correteando por el lomo de un perrito callejero. Pero cuando te
publican en la contraportada de EL PAÍS, la cosa cambia del todo. Y muy pocos,
como ha logrado Silvia Blanco en la entrevista de la que extraigo la anterior
cita, saben dar con el milagro de hacer
las tortillas sin romperle los huevos a nadie. ( La entrevista publicada en la contraportada de EL PAÍS)
A esto le llamo yo poner "cara de Balderston" (Recomendable ampliar) |
Kris M. Balderston estará contento con su
publirreportaje de vitrocerámicas humanitarias. Y todos daremos las gracias porque la embajada norteamericana en España no tenga que mover sus hilos para que a la gran cabecera del capitalismo civilizado que es EL PAÍS le retiren algunas de las
dosis de droga publicitaria que necesita cada día para vivir. Pero la retorcida
verdad que cuenta vidas humanas por oportunidades de negocio ha quedado
fielmente retratada en esta descomunal entrevista, al menos para a los ojos de
toda persona que tenga una mínima idea de la implacable pasividad mundial que
permite sobrevivir a la enfermedad de la malaria, sobre los cadáveres
invisibles de las 863.000 personas que murieron sólo en el año 2008 (Datos sobre Malaria de Médicos Sin Fronteras)
Este filántropo llamado Balderston opina,
además, que la humanidad necesita de las modernas cocinas que casualmente venden
él y sus amigos, para acabar con la brutalidad y el oprobio que suponen las violaciones
masivas de las mujeres, las niñas y las ancianas del Congo. Pero qué pena que se le pasara en su alegato humanitario
citar, tan siquiera de pasada, la palabra CASITERITA. Por si alguien no sabe lo que es eso, o para qué vale el mineral que la mayoría de nosotros llevamos en el bolsillo de los pantalones o en el maletín del trabajo, dejo aquí otro breve flash sobre un reportaje de otro gran periodista…Y una pregunta lanzada al aire: ¿cuándo es la última vez que cambiaste de teléfono móvil? O dicho de otro modo, ¿qué ingrediente ponemos cada uno de nosotros en esta cocina del mal en la que hervimos crudas cada día millones de vidas inocentes?
ENHORABUENA POR EL ARTÍCULO Y GRACIAS POR LA INFORMACIÓN. En la era de la información estamos peor informados que nunca, uno no sabe que creerse y hay que poner toda la información que da la prensa en cuarentena. Me esta entrando complejo de detective, todo lo tenemos que investigar...
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